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Oclusión yeyunal por meconio espesado. Parientes con antecedentes (25%). El retardo quirúrgico propicia la peritonitis. En casos sin complicación puede intentarse el lavado intestinal posgastrografía con la presencia del cirujano y control televisivo. Su complicación es la perforación cuando se trata de sortear el tapón. |
Íleo meconial. Dilatación de las asas delgadas con presencia de niveles en un neonato que coincide con opacidades generalizadas diseminadas. |
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Íleo meconial. Colon por enema. El material opaco discurrió hasta ángulo esplénico. Hipoplasia colónica. Meconio espeso y gomoso de color verde "hierba molida". Fibrosis quística del páncreas. Disporia enterobroncopancreática. Si la anomalía coincide con la sospecha de otras tales como atresia, vólvulus, perforación, la laparotomía se impone para la práctica de la resección del segmento involucrado con cuidadosa irrigación del gastrografin y entero-enteroanastomosis término-terminal. |
Nótese el peristaltismo intestinal en un recién nacido con síndrome oclusivo por espesamiento de meconio. Peristaltismo de lucha. |
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Peritonitis meconial. Gran distensión abdominal en un recién nacido en quien ya se recortó el cordon umbilical. |
Peritonitis meconial. Vista lateral de la gran distensión abdominal, lustrosa, a tensión que requiere un diagnóstico diferencial oportuno. Dureza empastada del contenido abdominal. |
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Peritonitis meconial. El meconio adherente y espeso ocluye el delgado (disporia o mucovisidosis enterobroncopancreática) y en ocasiones lo perfora. Encapsulamiento de asas. |
Como parte de la fibrosis quística del páncreas, su manejo terapéutico será integral. Burbujas hidroaéreas dentro del meconio (vidrio esmeril) y aglutinamiento encapsulante. |
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La linfadenitis no está aún completamente diferenciada, aunque por su frecuencia la conocen casi todos los pediatras, sobre todo lo que se refiere al diagnóstico diferencial con la apendicitis. En realidad en cualquier padecimiento infeccioso existe una adenitis de mayor o menor grado, y si el proceso infeccioso es contiguo a las enfermedades digetivas, prácticamente en todos los casos existe una adenitis. Los ganglios inflamados cercanos al apéndice, al íleon, al ovario y al riñón son secundarios y cercanos al proceso causal, pero la adenitis mesentérica se refiere a la confluencia ganglionar a la altura de la raíz del mesenterio (adenitis autónoma o primitiva) que se origina habitualmente por focos a distancia, que pasa sin dejar huella y que tiene una tipicidad clínica característica y común en el preescolar y en el escolar.
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Íleo meconial posoperatorio inmediato. Cuando es complicado es necesaria la resección con entero-enteroanastomosis. Es posible que el abombamiento abdominal se deba a la recuperación nutricional. |
Ganglios de tuberculosis peritoneal, gaseosos y confluentes. Las asas y el peritoneo son expuestos a la luz de las lámparas. De momento se pensó en un linfoma no Hodgkin. El tratamiento antifímico integral produce una rápida recuperación. |
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Peritonitis primaria fibrinopurulenta difusa. Natas interasas (neumococo, estreptococo, estafilococo, enterococo). Aseo mecánico cuidadoso en las zonas de oquedades peritoneales. Nitrofurazona en las zonas despulidas. Drenajes bien situados. Aspiración. Posturas. |
Peritonitis idiopática. Puede ser generalizada o localizada. Pródromos vagos, fiebre alta, dolor, vómitos, incluso porráceos y desequilibrio hidroelectrolítico. Habitus externo que denota gravedad. |
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Es conveniente recodar que la serosa abdoinopélvica es la más compleja y extensa del organismo, como una superficie, según Wegner, de 1 700 cm2 en el adulto, por lo que los factores infecciosos encontrarán una gran superficie de absorción, lo que explica la gravedad de los procesos peritoníticos.
Las peritonitis en el niño pueden ser primarias, llamadas también idiopáticas, o secundarias, si el foco de principio esté esclarecido o es consecutivo a un padecimiento intrabdominal. Además, las peritonitis podrán ser generalizadas o localizadas, según la tendencia o grado de invasión de la serosa peritoneal. El proceso se extiende difusamente tanto en el peritoneo visceral como en el parietal, en el caso de las peritonitis primarias. Los ganglios linfáticos están páñidos e inflamados. El exudado peritoneal serofibroso es blanquecino, amarillo o verdoso, envuelve a la mayoría de las vísceras y las adhiere entre sí, menos firmemente si el proceso es reciente y más íntimamente si el proceso tiene más tiempo, razón por la cual a estas peritonitis se les llama plásticas o adheivas.
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Envisceración posoperatoria. Reapertura de la herida con protusión de asas en las peritonitis primarias difusas (¿iatrogenia, denutrición?). Cobertura con compresa impregnada de solución salina tibia; revisión y lavado de vísceras y cavidad; solución antibiótica con lubricantes; dobles drenajes por contrabertura; reavivamiento de los bordes y elección entre sutura o afrontamiento con esparadrapo. |
Peritonitis primaria difusa. Ganglios linfáticos pálidos e inflamados, contrastando con otros isquémicos y rodeados por material fibrinopurulento (peritonitis plásticas o adhesivas). Entre 4 y 9 años. Dolor, vómito, distensión abdominal. Tacto rectal positivo. |
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Neumatosis intestinal. Placa simple de abdomen que muestra sombras anulares de gas en torno de las asas intestinales; algunas se hallan cruzando el abdomen en forma de cinta. |
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Neumatosis intestinal (linfoneumatosis quística, enfisema buloso enteromesentérico). Complicación de procesos diarréicos graves en niños desnutridos. Obsérvese las bolas pequeñas birefringentes. |
Neumatosis intestinal. Linfoneumatosis quística es frecuente por los procesos de diarrea enteral infecciosa. Infiltración serosa favorecida por la peristalsis y la deficiencia inmunológica de los desnutridos. Anillos de menor densidad que rodean las asas (acolchado o panal de abejas). |
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Neumatosis intestinal. En ocasiones, a la palpación se encuentra crepitación gaseosa. Radiológicamente hay aspecto reticular en "panal de abejas". En la laparotomía las burbujas refringentes. |
Neumohepatograma de abdomen en la neumatosis intestinal y hepática que muestra niveles en asas delgadas con algunas imágenes anulares y trayectos de gas sobre el hígado. |
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Este tipo de quistes son tumoraciones benignas que se producen en la raíz del mesenterio o del mesocolon; por lo general son de grandes proporciones y pueden originar cuadros obstructivos en algún periodo de su desarrollo.
Los quistes mesentéricos suelen observarse en los servicios de cirugía pediátrica por cuadros de dolor y vómito esporádico, por su apreciación tumoral, o bien, por vólvulus oclusivos.
Estos quistes son más frecuentes entre los tres y seis años de edad y parecen predominar en pacientes de sexo femenino.
Estas formaciones tumorales congénitas se pueden concebir como pequeños trasplantes o aberraciones del tejido linfático, el cual prolifera posteriormente y produce líquido en su cavidad. La obstrucción linfática preexistente es menos probable y se ha citado también como explicación causal a la presencia de los centros linfoideos embrionarios.
Estos quistes congénitos embrionarios tienen cuatro variedades: linfangiomas y hemolinfangiomas quísticos, quistes de origen intestinal, quistes wolffianos y quistes dermoides. Para la mayoría de los autores existen sólo dos variedades principales y son las que se refieren a la clase de su contenido, según sea seroso o quiloso.
Los quistes mesentéricos son únicos, localizados en el mesenterio del yeyunoíleon o menos frecuente, en el mesocolon; si son pequeños pueden contener unos cuantos mililitros de líquido, y si son grandes, más de 1 litro, en cuyo caso ocupan casi toda la cavidad abdominal del niño; tienden a ser esféricos o bilobulados y a situarse entre las hojas peritoneales del mesenterio. Cuando dichos quistes no están llenos a tensión "cabalgan" sobre el intestino; su consistencia es poco firme y dan la sensación de una pelota llena o parcialmente llena de líquido. Este líquido podrá tener apariencia lechosa cuando su contenido sea quiloso, aspecto que se reconoce bien por las membranas delgadas semitransparentes del quiste. El estudio químico ha mostrado para unos y otros un parecido con la composición química del plasma o del quilo. Microscópicamente, las paredes no presentan capa muscular ni capa mucosa, sino sólo una lámina epitelial muchas veces reemplazada por tejido fibroso.
De estos quistes, se distinguen las formas dolorosas, las tumorales y las obstructivas, aunque una gran mayoría suelen ser asintomáticos en las primeras fases de su desarrollo. Los padres prefieren el crecimiento progresivo del abdomen de su hijo, asociado con fenómenos digestivos vagos, en que el vómito y la molestia dolorosa abdominal concurren. La exploración del niño no muestra ataque alguno a su estado general y mediante palpación abdominal se detecta la asimetría por abombamiento de la parte central del abdomen. El tumor es redondeado u ovoide, a veces duro y a veces fluctuante, indoloro y fácilmente desplazable en todos sentidos, sobre todo en el transversal, dato exploratorio muy característico. Los autores de este libro nunca han encontrado el signo de Tillaux (banda sonora estrecha por encima del tumor debida a distensión intestinal), pero la percusión revela cierta matidez sobre el área tumoral, con discreto timpanismo generalizado. Los grandes quistes a tensión tienden a reducir mucho su movilidad, al igual que los quistes dolorosos o infectados.
Los antecedentes de dolor abdominal y vómito muchas veces son hallazgos retrospectivos que valdría la pena indagar con más frecuencia. Los medicamentos antiespasmódicos y los laxantes comúnmente constituyen la terapia seguida por los padres, con lo que precipitan el cuadro oclusivo. El vólvulo del intestino o la torsión de su eje en los quistes que cabalgan sobre él, son los factores causantes comunes del síndrome obstructivo (dolor abdominal crítico, vómito y ausencia de flatulencias).
En los cuadros tumorales, el estudio radiológico no se limita a la radiografía simple, sino que incluye el tránsito intetinal ascendente y el descendente, por los cuales se delimita con bastante claridad la tumoración rechazando a las vísceras circunvecinas parcialmente llenas de bario. En los cuadros oclusivos en que está contrincado el estudio baritado, además de los signos radiológicos de oclusión podrá visualizarse el desplazamiento de las asas distentidas alrededor de la masa tumoral clara.
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Quiste ometal. Tumoración, dolor y vómitos esporádicos. El peritoneo o serosa abdominopélvica es la más compleja de las serosas viscerales. Es visceral y parietal. Comprende los mesos, los ligamentos y los epiplones (el grande y el pequeño). |
Quistes omentales que ocupan prácticamente todo el epiplón mayor, manifiestos clínicamente por un síndrome de ocupación intrabdominal agudizado o latente de repetición. |
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La incisión paramediana baja izquierda, habitualmente permite su extirpación sin complicaciones. |
Torsión de quiste mesentérico. Se producen en la raíz del mesenterio o del mesocolon. ¿Aberración o transplantes de tejido linfático? Abdomen agudo y sus variantes. |
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Quiste mesentérico seroso. La ausencia de capa muscular los distingue de las duplicaciones. Fácil extirpación en bloque. |
Quiste mesentérico. Aceptadas 4 variedades: linfangiomas, Wolffianos intestinales y dermoides. Por su contenido: serosos y quilosos. Suele cabalgar sobre el intestino. La palpación los muestra blandujos y desplazables. |
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Mesos peritoneales invadidos por injertos carcinomatosos que ameritan la exéresis total y meticulosa. |