Adenitis y abscesos tuberculosos cervicales
La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa producida por Mycobacterium tuberculosae, que constituye un problema de salud pública en diversos países. Para México, Colombia y Canadá se estima una incidencia baja (menos de 1 por 1 000). Existen cuanto menos cuatro variedades de Mycobacterium capaces de penetrar en el organismo, fundamentalmente por vías digestiva y aérea, y propagarse por vías linfática (la más constante), sanguínea, broncógena o cualquier otra circunvecina para ocasionar variantes dependientes, entre otros factores, de la semilla y el terreno. Aún se está lejos de lograr un adecuado control de los alimentos a fin de que no se contaminen, especialmente de la leche de vaca, de la pasteurización, del paciente tuberculoso y del BCG. En fechas recientes se han descrito linfadenopatías por micobacterias atípicas.
Dentro de las formas clínicas comúnmente aceptadas (primoinfección, generalización y reinfección), las adenitis cervicales parecen corresponder a las de reinfección, aunque no se descarta la posibilidad de que puedan ser adenitis primitivas de punto de partida orofaríngeo y, en especial, de amígdalas. La poliadenitis tuberculosa es un acompañante de varias manifestaciones fímicas y se manifiesta como una hipertrofia ganglionar, no sólo de los ganglios cervicales (poliadenitis). En cambio, la adenitis que interesa al cirujano es la forma acentuada y grave, en la que varios ganglios de gran volumen, situados por lo general a ambos lados del cuello, indoloros, desplazables y, quizás recubiertos de piel sana, en lugar de manifestar una tendencia regresiva en el curso de los meses continúan voluminosos y próximos a la licuefacción y al drenaje cutáneo.
En el diagnóstico diferencial incipiente es fácil confundirse con una linfadenitis piógena, pero el tiempo y los estudios aclaran el diagnóstico. En la fase de gran adenopatía, que no ha cedido a pesar de un tratamiento correctamente instituido, se presupone la presencia de padecimientos tumorales o de otros crónicos específicos (micosis). Existen adenopatías consecutivas a la aplicación de vacuna antituberculosa.
Cuando se trata de crecimientos ganglionares por microbacterias atípicas se obtiene una reacción positiva a uno de los antígenos ácido-rápidos de la prueba cutánea.
La prueba tuberculínica, la telarradiografía de tórax, la baciloscopia en jugo gástrico, la inoculación en cuyo y las investigaciones epidemiológicas constituyen las mejores armas para ratificar el diagnóstico.
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Adenitis flemonosa mixta consecutiva a vacunación antifímica. |
Adenitis fímica cervical. Mantoux, tele de tórax, baciloscopía en jugo gástrico, inoculación al cuyo. El tratamiento es médico, pero en casos rebeldes y de hiperatrofia aparente o de fistulización se sugiere la adenoamigdalectomía y la exéresis del paquete ganglionar enfermo. |
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Adenitis fímica. El mycobacterium tuberculosae parece renovarse. La prueba tuberculínica (Mantoux), la imagenología de tórax, la baciloscopía en jugo gástrico y la inoculación al cuyo colaborarán al diagnóstico diferencial. Ganglios indoloros, desplazables y duros. |