Orofaringe

La mayoría de los libros de cirugía pediátrica soslayan a las enfermedades linfoideas orofaríngeas y casi todos se olvidan de citar las indicaciones y la técnica para la exéresis de los componentes linfáticos del anillo de Waldeyer, a pesar de que las enfermedades respiratorias infantiles han pasado a un primer plano en las grandes urbes; sin embargo, en la mayoría de los países subdesarrollados la adenoamigdalectomía infantil también es practicada por el cirujano pediatra, por ser él quien está en las mejores condiciones de ayudar en la crisis y conocer la patología, la anatomía y la fisiología infantil. Desafortunadamente, la extirpación indiscriminada de estas formaciones linfáticas convierten a este procedimiento en uno de los recursos más frecuentes e injustificadamente ejecutados; no obstante, cuando su indicación está bien fundamentada, esta ablación linfoidea confiere enormes beneficios locales y generales al niño en crecimiento.

Adenoamigdalectomía










Técnica de la amigdalectomía: a) intubación nasolaríngea, con los separadores y abatelenguas en su sitio. b) prensión de la amígdala y línea de corte de la cápsula con el bisturí o la tijera. c) Tracción de la amígdala por medio de una pinza curva especial e inicio de la separación de dicha amígdala de los planos profundos mediante movimientos de separación de las ramas de la tijera angulada. d) Una tracción mayor permite visualizar el lóculo amigdalino e introducir la cánula del aspirador; nótese que el abatelenguas está rechazando a la lengua hacia abajo y hacia atrás. e) La disección amigdalina termina al maniobrar el disector hacia arriba y hacia abajo; el aspirador contribuye a mantener limpios la zona de despegamiento y el pendículo. f) La introducción de la pistola, con el asa fría, circunda al pendículo amigdalino y lo secciona; se introduce una torunda de gasa hemostática. g) Revisión minusiosa del sangrado o de los posibles restos abandonados; cada vaso o zona sangrante se sutura con puntos en "X" y se procede a la extirpación de la amígdala opuesta. Electrocoagulador a criterio.


Adenoidectomía.

La impecable y breve anestesia general será la apropiada para que, por intermedio del adenotomo de la Force y/o el adenotomoto libre fenestrado, se seccionen y logren dichas formaciones adenoideas. Es imprescindible dirigir los instrumentos hacia la derecha y hacia la izquierda, para limpiar lo mejor posible las porciones circunvecinas a las fositas de Rosenmüller; además es necesario efectuar revisión palpatoria e inspección directa del cavum retronasal, por intermedio del separador especial del velo palatino y/o la sonda de Nélaton, que al ser introducida por una fosa nasal y exteriorizada por la bocca, elevando sus dos extremos juntos, permitirá una visión casi completa del lecho faríngeo legrado. A continuación el cavum se ocluye con una torunda de gasa húmeda y se deja in situ durante 10 minutos, para después extraerla y proceder al lavado mecánico de la región mediante solución fisiológica y una jeringa de asepto, cuyo extremo se adapte a las fosas nasales.




Expresión adenotonsilar. Útil para disminuir el tamaño del tejido linfático de Waldeyer mientras otros recursos curativos son contemplados.






Instrumental básico para la adenoidectomía.



Insuficiencia velopalatina

Como consecuencia de un velo corto del paladar, posterior a una palatoplastia, y a pesar del adiestramiento posoperatorio por los terapeutas del lenguaje, queda en ocasiones dificultad severa para pronunciar adecuadamente las palabras, secundaria a una deficiente función velopalatina. Previa valoración por el foniatra, mediante estudios complementarios, entre los que la cinerradiografía velofaríngea es básica, se procede a la indicación de una faringoplastia a fin de mejorar la fonación, ya sea a pedículo inferior (Rosenthal) o a pedículo superior (Sanvenero).

Faringoplastias

Aun cuando han existido diversas técnicas, hasta el momento ninguna garantiza en forma absoluta un resultado satisfactorio; no obstante, en la actualidad se recomienda la faringoplastia con técnica de Orticochea, que brinda resultados aceptables en un buen número de pacientes. Dicha técnica consiste en:




Faringoplastia con técnica de Orticochea.

  1. Despegar los pilares posteriores, desde su porción distal hasta su base superior, y dejarlos sujetos de su extremo superior.
  2. Practicar dos incisiones en la cara posterior de la faringe produciendo un tunel.
  3. Pasar por debajo de dicho túnel los extremos distales de los pilares despegados y suturar ambos extremos con material absorbible.